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Ibiza 1.2 5p/Corsa 1.2 5p

Ibiza 1.2 5p/Corsa 1.2 5p

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02 de marzo, 2007

El reinado del Ibiza se encuentra cada día más amenazado. En este duelo el Corsa gana en habitabilidad y confort pero pierde en prestaciones.



El reinado del Ibiza se encuentra cada día más amenazado. En este duelo de versiones modestas de gasolina, el Corsa gana en habitabilidad y confort y firma las tablas en consumos o dinámica, pero finalmente se hace el «harakiri» en prestaciones.


Es una lástima, pero no podemos entender que un conjunto lo suficientemente atractivo como la última generación del Corsa tenga que inclinar la cabeza ante algunos rivales, sencillamente, porque los desarrollos del cambio escogidos en muchas versiones no parecen demasiado adecuados. Una y otra vez comprobamos de primera mano los sólidos argumentos del utilitario alemán, aunque de utilitario ya tiene poco. Y nos convencen sobremanera. Digamos que lleva un curso perfecto, con notas muy atractivas, pero hay una asignatura que se le atraganta, incluso en septiembre, como son las prestaciones. Sabemos que esta versión 1.2 de 80 CV no puede ni debe ser un pura sangre. Vale.


También somos conscientes de que existe un abanico de clientes de corte sosegado al volante y con pocos kilómetros anuales en su horizonte. De acuerdo. Y que hay personas que prefieren mimar los consumos y despreocuparse de los radares. Perfecto. Sin embargo, la apuesta por unos desarrollos del cambio tan largos se vuelve en contra muchas veces. Los consumos se miman en trazados rectilíneos y planos, pero al menor repecho hay que reducir constantemente. Peor van las cosas a la hora de adelantar, donde necesitamos mucho espacio y demasiado tiempo. Un ejemplo: a la hora de pasar de 80 a 120 km/h en cuarta velocidad, en el Corsa necesitamos 708 metros y 25,2 segundos, o lo que es lo mismo, 130 metros y 5,2 segundos más expuestos en el carril izquierdo que en el Ibiza 1.2.


Y si analizamos el resto de las recuperaciones, las diferencias son más sonrojantes. Acudimos al banco de potencia y comprobamos que el Corsa 1.2 de 80 CV arroja finalmente 84 CV y un valor de par motor de 10,9 mkg. Además, comprobamos que el propulsor actúa de una manera más uniforme y eficaz (sin ningún desfallecimiento) que la mecánica tricilíndrica del Ibiza 1.2 de 70 CV (que en realidad arroja 67 CV y 10,0 mkg). La ventaja del español estriba en un menor peso y unas pérdidas de potencia por arrastre (diferenciales, transmisión…) más eficaces que las de su rival. ¿Entonces? Si el motor es más poderoso y equilibrado habrá que repartir responsabilidades entre los 110 kilos extra que arrastra el Corsa, el montaje de unos neumáticos más generosos que su rival y, sobre todo, y repetimos por enésima vez, unos desarrollos un tanto desproporcionados.


De hecho, en Opel son conscientes de esta laguna y ofrecen ya la posibilidad de montar una relación del cambio más cerrada para buscar más nervio. Alguno nos podrá acusar de dar demasiada importancia a este aspecto, pero es que la tiene, porque si no fuera por esto el Corsa se adjudicaría el duelo. Dicho esto, y ya que estamos en movimiento, mencionar que el comportamiento dinámico de ambos raya a gran altura. El Ibiza basa su éxito en el denominado chasis ágil y en un eje torsional trasero con efecto autodireccional, además de unos tarados de suspensión más firmes en compresión. El resultado es un tacto general más deportivo y alegre.


El Corsa, por su parte, es capaz de aguantar el ritmo, pero su enfoque es más sosegado. Cuenta con una pisada más generosa, y en este caso se ha buscado un mayor compromiso entre efectividad y confort (ambos modelos se pueden «radicalizar» con versiones Sport). Además, el tacto de la palanca de cambios del germano goza de mejor tacto y sus frenos son más eficaces. El Corsa también suma puntos en aspectos como la habitabilidad, el maletero o la presentación y calidad general. Aquí es donde el Ibiza acusa el paso del tiempo. Hasta hace poco, el español se situaba por encima de la media de sus rivales.


Sin embargo, ahora comienza a quedarse ligeramente «pequeño». Si nos dirigimos a las plazas traseras, en el Corsa hay algo más de espacio para las piernas y más holgura en cotas de anchura y altura. Además, el maletero es algo más generoso, aunque la versión básica Essentia no contempla la posibilidad de abatir el respaldo trasero por partes. Por cierto, los dos modelos ofrecen de serie ruedas
de repuesto de tamaño normal. También se nota el paso del tiempo, pese a las últimas actualizaciones, en la presentación y terminación del interior  del Ibiza.


En este sentido, se sitúa un paso por debajo de su rival, aunque mantiene un corte más deportivo y juvenil (el cuadro del Corsa es algo soso y se echa en falta la temperatura del líquido refrigerante). Y queda por analizar un referente como el bolsillo, algo vital en versiones modestas como éstas, que buscan un precio de salida lo más atractivo posible. Si analizamos el equipamiento comprobamos que es
muy similar. El Corsa añade sobre su rival control de velocidad, retrovisores eléctricos y airbag laterales de serie. Sin embargo, no lleva radio CD y, por tanto, la ventaja se esfuma.


El Ibiza contraataca con un precio inferior (12.045 euros) a lo que suma un ahorro de 1.700 de descuento promocional. El Corsa parte de los 13.060 y un descuento de 1.200. Por lo tanto, el Ibiza es 1.515 euros más «atractivo». Este aspecto y las prestaciones, son dos golpes que acusa el Opel Corsa frente al modelo español.

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