Ford S-Max Titanium S 240 CV Powershift: el monovolumen a prueba

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Rubén Fidalgo
24 de marzo, 2014
El Ford S-Max Titanium S con el motor Ecoboost de 240 CV es el monovolumen con las mejores prestaciones que hay en el mercado actualmente. Afortunadamente también cuenta con uno de los mejores chasis, por lo que resulta un modelo muy equilibrado como te mostramos en esta prueba.
El Ford S-Max Titanium S es un coche que me ha sorprendido bastante por su comportamiento, mejor incluso que el de algunas berlinas, sin perder un ápice de la versatilidad y el sentido práctico que uno espera de un monovolumen.
Su motor ecoboost de 240 CV lo convierten en uno de los modelos más potentes de su categoría, con unas prestaciones excelentes y un consumo razonable siempre que no nos pese el pie derecho. No es un coche barato, pero si tenemos en cuenta su equipamiento y la calidad y aplomo que se siente a sus mandos, el Ford S-Max tiene una relación precio/producto excelente que lo convierten en un coche muy recomendable.
Estéticamente se nota el paso de los años sobre su carrocería, pero sigue siendo atractivo gracias a sus abultados pasos de rueda y menor altura respecto a sus competidores, lo que le otorga una imagen muy dinámica y de aplomo sobre la carretera que se confirma cuando uno se sienta a sus mandos.
Motor: Ford S-Max Titanium S: 240 CV, el monovolumen más potente

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El motor de 4 cilindros de la familia EcoBoost de Ford es excepcional. Está lleno de par en todo su régimen, empuja con contundencia aunque llevemos el S-Max hasta los topes y apenas se oye en el habitáculo. Por desgracia, los milagros no existen y todas estas virtudes pasan factura en el surtidor, con unos consumos que analizaremos más adelante, algo elevados, pero muy buenos si tenemos en cuenta la capacidad de esta mecánica para mover un coche de este tamaño y peso.
Nada más ponerlo en marcha nos llamará la atención el silencio que llega al habitáculo, sabremos que está encendido por la aguja del cuentavueltas ya que, ni los pasajeros ni los peatones oirán la mecánica al ralentí.
El cambio de marchas automático Power Shift es un buen compañero de esta mecánica, ya que aunque tiene unos desarrollos algo largos, el motor está tan lleno de par que puede con ellos de sobra, permitiendo unos adelantamientos con una seguridad total y coronar los puertos con el acelerador a punta de gas, lo que contribuye a que los consumos no se disparen pese a tratarse de una mecánica potente de gasolina.
Su tacto me ha encantado, es suave y silencioso como el que más y cuando necesitamos potencia nos la da de forma generosa. Lástima que no haya una versión bi-fuel para poder ahorrar en el precio de combustible empleando GLP o GNC.
Comportamiento: Ford S-Max Titanium S: el mejor entre los monovolúmenes

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Sin lugar a dudas el Ford S-Max de la prueba de hoy es el mejor monovolumen que he probado en carretera y sobre el circuito de pruebas, con un comportamiento dinámico que enamora y que proporciona una seguridad activa excelente.
Gran parte del secreto del S-Max está en su bajo centro de gravedad y la ubicación de las ruedas casi en cada extremo de la carrocería, lo que proporciona una base de apoyo muy amplia. Pero también está el hecho de que su peso no es excesivo teniendo en cuenta su tamaño y que tiene unas suspensiones con unas geometrías muy bien estudiadas. La parte negativa es que esas suspensiones ocupan bastante espacio, lo que unido al motor delantero transversal hace que no haya mucho huevo en el paso de rueda delantero, por lo que el radio de giro del S-Max es bastante deficiente, algo que nos molestará a la hora de maniobrar en espacios reducidos.
En ciudad contamos con un coche con una respuesta muy suave gracias a su mecánica y el buen trabajo del cambio automático, si además seleccionamos el modo Comfort de la suspensión, podremos movernos por la urbe con una comodidad total y una buena visibilidad.
En carretera es una gozada entrelazar curvas con el buen chasis del S-Max. El conductor siente perfectamente las reacciones del coche, pero el resto de pasajeros irán de lo más cómodos gracias a los formidables asientos y lo bien aislado que está este coche.
La maniobra de esquiva a 80 km/h no supone el menor problema, con unas reacciones muy sanas y nada escandalosas. De hecho con la pista seca no llega a entrar en acción el ESP durante la misma.
También las distancias de frenado son buenas, aunque no conviene abusar, el S-Max pasa de las 2 toneladas cuando lo cargamos y es relativamente fácil hacer hervir el líquido de frenos, perdiéndo éste eficacia.
En la pista de pruebas sorprende la capacidad para rodar rápido entre curvas con el S-Max. A ver, no es un Corsa OPC, pero va mucho mejor de lo que su tamaño y aspecto de furgoneta pueda presagiar y se deja llevar a buen ritmo trabajando con las transferencias de masas, impresionante en un coche de este segmento.
El control de estabilidad corrige bien nuestros errores pese a las grandes inercias que debe controlar, resultando más suave que otros sistemas que he probado. El Ford S-Max me deja un excelente sabor de boca tanto en el circuito de pruebas como a lo largo de los casi 2.000 km de recorrido, sin duda es un excepcional compañero de viaje, tanto solo como acompañado por toda la familia.
Equipamiento: Ford S-Max Titanium S: Equipado y práctico

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La dotación de serie con la que cuenta el acabado Titanium S hace que merezca la pena cada céntimo invertido en el S-Max, pues cuenta con todo lo imprescindible y mucho más: techo panorámico, llantas de aleación con neumáticos de perfil bajo, bi-xenón (con una iluminación excelente), asistente de luz de carretera, climatizador bizona, volante multifunción, control de crucero con radar de proximidad, asientos de piel vuelta calefactados y ventilados, navegador… prácticamente de todo.
Me ha gustado el funcionamiento del asistente de luz de carretera, de los más sensibles que he probado, lo que evita en gran medida el producir deslumbramientos al resto de conductores, aumentando la seguridad en carretera.
Pese al extenso equipamiento de este Ford, todo se maneja de forma sencilla, en parte porque los mandos están distribuidos de manera muy racional, pero también porque están bien desarrollados.
Tal vez se eche en falta la posibilidad de equipar el sistema de asistencia de aparcamiento tan eficaz que equipan otros modelos como el Focus o el C-Max. Tenemos que conformarnos con la ya frecuente cámara de marcha atrás y los pitidos de los sensores de estacionamiento.
Me ha sorprendido el buen funcionamiento de la suspensión adaptativa con tres modos de funcionamiento: Comfort, Normal y Sport, que realmente se nota. Con la tecla Comfort seleccionada, el S-Max se mece un poco, pero pasa por los baches y tapas de registro de las ciudades sin que los notemos en los riñones, lo mismo que los pasos de cebra elevados. Si pisamos un buen firme, podemos elegir el modo Sport y reducir los cabeceos y movimientos de la carrocería, que tampoco son excesivos al contar con una base de apoyo muy buena, con las 4 ruedas ubicadas casi en las esquinas del S-Max.
Consumo: Ford S-Max Titanium S: Sediento, pero no tanto

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Es lógico que un coche que con 4 pasajeros supera holgadamente las 2 toneladas, con una gran superficie frontal, anchos neumáticos y un motor de gasolina de 240 CV no sea un mechero precisamente, así que no debe sorprendernos ver que el consumo en ciudad de este S-Max alcanza los 11,5 l/100km. En su defensa he de confesar que es el peor escenario posible para un coche pesado, cada vez que hay que poner a rodar su masa, el consumo se dispara.
Una vez salimos a carretera abierta las cifras son más razonables, con medias de unos 8 l/100 km, no está mal si tenemos en cuenta la excelente aceleración disponible aunque vayamos cargados hasta los topes.
En autovía, con el control de crucero anclado en los 120 km/h la media de consumo sube un poco, rozando los 9 l/100km, lógico si tenemos en cuenta que la aerodinámica siempre es un lastre importante en este tipo de carrocerías con un parabrisas tan enorme.
Rivales
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Vehículo | Ford S-Max 2.0 EcoBoost Titanium S PS 240 |
Opel Zafira Tourer 1.6 T S/S Excellence 200 |
Volkswagen Sharan 2.0 TSI Sport DSG |
Peugeot 5008 2.0HDI Allure Aut. 160 |
Precio | Desde 42.100 € |
Desde 30.600 € |
Desde 49.620 € |
Desde 34.020 € |
Combustible | Gasolina | Gasolina | Gasolina | Diésel |
Cambio | 6 marchas | 6 marchas | 6 marchas | 6 marchas |
Potencia (CV) | 240 | 200 | 200 | 163 |
Aceleración 0-100 km/h (s) | 8,5 | - | 8,3 | 10,5 |
Consumo Medio (l/100 km) | 8,3 | 6,6 | 8,5 | 6,3 |
Emisiones CO2 (g/km) | 194 | 168 | 198 | 177 |
Nuestra valoración: 8,2
8
9
9
8
9
6
Destacable
- Diseño
- Comportamiento
- Confort de marcha
Mejorable
- Consumos
- Peso del portón trasero
- Umbral de carga maletero
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Comentarios
Hola Pipo, tienes razón, los coches modernos están creciendo un montón en logitud exterior de la carrocería pero siguen siendo algo angostos en el interior. Tengo un primo un poco más alto que tú y al final se ha decantado por un mixto tipo Berlingo, Kangoo, Tourneo… que son los que más amplitud interior le han ofrecido. Tomamos nota del reportaje. Un saludo y gracias de nuevo 🙂