Ford Focus Coupé 2.0 TDCi Powershift

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Autor: Autocasión
22 de octubre, 2009
La marca del óvalo se apunta a los cambios automáticos de doble embrague, aunque de momento sólo lo ofrece en el Focus con motor 2.0 TDCi. Su funcionamiento es gratificante.
El futuro será automático: antes de lo que pensamos las cajas manuales dirán adios para dar paso a la masiva implantación de sustitutas automáticas, muchas motorizadas o robotizadas con doble embrague, como nuestro protagonista.
Esta última arquitectura, recurrente en el grupo V.A.G. –DSG o S tronic, según el caso, en los Audi, Seat, Skoda y Volkswagen-, cala poco a poco en marcas como BMW -transmisión DKG para los 335i y M3-, Mercedes-Benz -cambio AMG Speedshift MCT 7 speed de los SL 63 AMG y E 63 AMG-, Mitsubishi –TC-SST en los Lancer Ralliart y Evolution X, y ahora en el Outlander-, Nissan –GTR con el cambio GR6-, Porsche –PDK para los Boxster, Cayman y 911– y Volvo -en los C30, S40 y V50 2.0D-, con la misma Powershift del Focus.
Este, habitual en el top de ventas español, rivaliza con los Citroën C4, Dodge Caliber, Hyundai i30, Kia cee’d, Fiat Bravo, Lancia Delta, Mazda3, Mitsubishi Lancer Sportback, Peugeot 308, Renault Mégane, Opel Astra, Seat León, Toyta Auris o Volkswagen Golf, y se ofrece en carrocerías berlina de 5 puertas, sedán de 4, familiar o Sportbreak y, aquí presente, Coupé de 3 puertas, esencialmente idéntica a la de 5.
Interior
Con una longitud de 4.337 mm y una batalla de 2.640, el Focus es un compacto grande, y por ello también bastante habitable. De hecho, la carrocería que nos ocupa, de espacio interior idéntico al 5 puertas, admite hasta 5 ocupantes, aunque lógicamente 4 es el número perfecto para viajar. No es una limousine, pero la cota longitudinal en las plazas traseras, su anchura y altura son aceptables, como el maletero, que se mueve entre 396 y 1.258 litros.
La posición ideal al volante se logra fácilmente gracias a largos recorridos en los ajustes de aro -altura y extensión- y asiento; por cierto, firme y de buen apoyo en el sencillo acabado Trend –19.425 euros con el motor y el cambio probados-. Hay multitud de huecos para objetos cotidianos, y aunque la calidad no iguala la de un Volkswagen, no es mala, si bien abusa de plásticos rudos y toscos. Por cierto, las puertas de esta carrocería son pesadas, pero como contrapunto el acceso a las plazas traseras es favorable.
Una cosa más: la equipación es justita. ESP, 6 airbag, aire acondicionado o audio-CD son de serie, pero las llantas cuestan un mínimo de 400 euros -las de 17 salen por 650 y las de 18 por otros 100 euros más-; el botón de arranque cuesta 350; la alarma 285 -o bien 800 euros combinada con keyless y cierre global-; el xenón -con pilotos led- implica 700 euros; los sensores de lluvia y luces 215; el haz direccional 350; el techo solar 750; los vidrios oscurecidos traseros 60 euros; la navegación entre 675 y 1.900; el Bluetooth -opción V2C- 230 euros…
Comportamiento y Prestaciones
Soprende que Ford no saque el partido a su nueva caja Powershift que Seat o Volkswagen sí hacen con su DSG: sólo el Focus 2.0 TDCi se beneficia de ella, por 1.500 euros. Y eso que va de cine, con una rapidez bestial para subir o bajar marchas -suma 6, bien ajustadas-, y una suavidad acorde. No tiene levas de volante y no retiene en relaciones cortas como se espera de ella.
También gasta un poco más -promedio oficial de 5,8 litros a los 100, por los 5,5 de la versión manual, aunque en la práctica son unos 7,5– y consiente prestaciones algo peores –200 km/h por 203 en el Focus 2.0 TDCi «normal», y 0 a 100 km/h de 9,6 segundos, 3 décimas más que en aquel-, pero el confort que asegura y la deportividad que transmite en conducción rápida -ya sea en conducción automática pura o manual/secuencial- encandilan. Además, casa bien con los 136 CV y 320 Nm a 2.000 vueltas de este TDCi de 1.998 cc y 4 cilindros common rail turbo -con 16 válvulas-, musculoso para mover con agilidad los 1.418 kg de coche.
Por cierto, por comportamiento sigue siendo uno de los referentes. Puede llevar suspensión deportiva -100 euros-, pero tal cual va de serie equilibra como pocos confort y estabilidad. Fácil de llevar, cuenta con una estupenda dirección servoeléctrica, y también con frenos eficaces, aunque con esa pobre mordiente que caracteriza a otros modelos de la marca.
Destacable
-Funcionamiento del cambio.
-Comportamiento.
-Precio interesante.
Mejorable
-Cambio Powersfhit sólo en 2.0 TDCi y sin levas.
-Puertas pesadas (versión Coupé).
-Hay plásticos de aspecto mejorable.
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