Fiat 500 1.2 Pop

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Autor: Autocasión
12 de diciembre, 2007
El recién nombrado «Coche del Año en Europa», que en su versión más modesta llega con motor 1.2 de 69 CV, es un utilitario original y divertido que va mejor de lo esperado. Cuesta 10.500 euros, aunque a base de opciones podemos llegar a los 20.000.
Tengo una amiga un poco pesada llamada Virginia que dudaba entre comprarse un Mini o un Fiat 500. Bueno, a decir verdad, le gustaba más el Mini, pero la llegada del 500 le había roto los esquemas y comenzaron sus problemas. Cuando me comunicó su dilema por teléfono se lo dejé claro desde el primer momento: si te gusta el Mini y tienes dinero suficiente para darte el capricho, cómpratelo, cuesta 6.000 euros más, pero a nivel básico tiene un motor más potente, está más cuidado en el capítulo de acabados o equipamiento y se agarra al asfalto que da gusto, casi como un kart. BMW está detrás del remake y aunque se han subido a la parra con los precios, el coche merece la pena.
Y a continuación, la contestación que esperaba de una mujer, bueno de esta mujer en concreto, ¿y qué pasa con el 500, no te gusta?… y no me quedó más remedio que darle una vuelta en nuestro Cinquecento de pruebas. ¡¡¡ Qué mono !!! Fue lo primero que exclamó al ver la «pelotilla » negra aparcada delante de su portal. ¡¡¡ Pero nunca me lo compraría negro!!!, fue lo segundo que salió por su boca. Y ¡¡¡ qué pequeño !!!, lo tercero. A partir de ahí y ante el temor de que la prueba del coche la hiciera ella, la dejé hablar lo justo.
En marcha
Para empezar, le transmití que me parecía un coche muy agradable de conducir por su suave dirección (le encantó la tecla que permite mover el volante con un dedo), le dije que el cambio era preciso y estaba muy bien situado cerca del volante y que el pedal de freno dejaba modular con exactitud la presión y siempre se conseguía parar el coche donde se pretendía (salvo excepciones a las que afortunadamente no tuvimos que llegar).
A mi amiga Virginia le sorprendió «el reprís», como lo llamó, queriendo decir que le gustaba lo bien que aceleraba. Pues sólo tiene 69 caballos, le contesté, teniendo que aguantar el comentario gracioso sobre la cifra y sometiéndome a la pregunta pertinente: ¿lo habrán hecho aposta?. Le expliqué que los datos de aceleración que habíamos medido mejoraban los registros de la versión diésel en hasta un segundo y medio, aunque como es lógico el diésel recuperaba mejor desde velocidades en las que el turbo rendía al máximo.
Interior y maletero
Cuando la dejé en su casa me hizo abrir el maletero y también se sentó en las plazas traseras como una verdadera profesional de las pruebas.
El hueco para equipaje no le pareció mal, le gustó que llevara rueda de repuesto, aunque fuera de emergencia y no se sintió demasiado agobiada en el asiento trasero, quizá porque su talla de 1,68 le permitía sentarse erguida sin rozar en un techo demasiado bajo para personas de mayor altura.
Equipamiento
Antes de irse a consultar la elección con la almohada y con la directora de su banco al día siguiente, mi amiga me volvió a preguntar, pero ¿lo podré comprar de otro color que no sea negro con esos adhesivos de carreras no? Tenía la respuesta preparada para esa obviedad, a sabiendas de que podría traerme muchas más preguntas asociadas.
Pero se lo dije: según Fiat podrás elegir entre 500.000 variantes posibles, porque al margen de los motores y los diferentes acabados, podrás personalizar tu Fiat 500 con 12 colores de la carrocería, 15 tipos de interiores, 9 de llantas, 19 packs de decoración y nada menos que 100 accesorios originales para este modelo, como el difusor eléctrico de fragancias o las molduras de colores para las llaves.
No le dejé replicar, me despedí con un rápido adiós, arranqué y me fui consciente de que la había dejado sumida en un mar de dudas mayor todavía del que tenía antes de subirse al coche. Cuando llegué a casa sentí lástima y le mandé un e-mail: «Virginia, si no te quieres gastar lo que vale un Mini, anímate con el 500, el coche está bien hecho, incluso mejor que otros modelos de segmentos superiores dentro de la marca, no te comenté que lleva de serie nueve airbag y ABS y que con él, te puedes plantear incluso tu viaje de verano a Marbella, ya que admite velocidades de crucero de 138 km/h de marcador (131 reales, sin sanción en autopista limitada a 120 km/h) sin el más mínimo síntoma de desfallecimiento.
A los 10.500 euros de precio base tendrías que añadir 1.000 más para instalarle el aire acondicionado y para el techo practicable, ese que te ha encantado, tendrías que ahorrar 700 más. No me gusta lo voluminosa que es la consola del cambio, tanto que molesta en la pierna derecha, aunque hay que decir que a la altura de los pedales se ha conseguido espacio extra incluso para un reposapiés izquierdo. Tampoco me gusta que el volante no se pueda regular en profundidad, un hándicap a la hora de conseguir la mejor postura para conducir.
Las guanteras de las puertas están mal diseñadas, puesto que los objetos depositados se deslizan hacia atrás y ya no hay nadie que los pueda sacar con la puerta cerrada, y no han colocado espejo de cortesía en el quitasol del conductor, por lo que ya te veo torciendo el retrovisor para mirarte, desatendiendo peligrosamente todo lo que sucede a tu espalda.
Valor de compra
Pero salvo estos lunares, tengo que decirte que el 500 más barato que se vende me ha gustado más de lo que esperaba. Me parece un utilitario original y exclusivo, ideal para una utilización urbana con escapadas sin complejos a cientos de kilómetros de distancia. Tiene un precio competitivo (al menos esta versión) y las posibilidades de que lo diseñes a tu gusto en cuanto a colores, pegatinas, tapicerías, etcétera, ayudarán a que te decidas.»
Virginia tardó dos semanas en contestarme y fue muy escueta: «Hola, al final me compré un TT. Es negro y muy alto. Estoy encantada porque puedo llevar al perro detrás. El 500 se lo compró mi novio. Un beso.»
Consumo y mantenimiento
Pero las diferencias en consumo eran mínimas, en concreto menos de un litro a favor del turbodiésel, con los precios de la gasolina y el gasóleo muy parejos. Es más, para que te hagas una idea, le dije, como el 500 1.3 Multijet (el diésel) cuesta 2.000 euros más que éste a igualdad de equipamiento, tendrías que recorrer casi 200.000 kilómetros para amortizar la inversión. Virginia saltó de inmediato abrumada por la cifra, pero si yo no voy a hacer más de diez o doce kilómetros al día… pues si te decides por el 500, olvida el diésel, no te trae cuenta y éste va de cine, le dije zanjando el asunto.
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