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Citroën C-Métisse

Citroën C-Métisse

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07 de septiembre, 2006

La impresionante estampa del Citroën C-Métisse esconde un sistema de propulsión híbrido que emplea un diésel V6 y dos motores eléctricos, tracción total y características de ciencia ficción.

La impresionante estampa del Citroën C-Métisse esconde un sistema de propulsión híbrido que emplea un diésel V6 y dos motores eléctricos, tracción total y características de ciencia ficción.

Citroën planea entrar con fuerza en el mercado de los propulsores híbridos y para eso tiene a punto ya su C4 Hybrid, dotado de motor diésel en combinación con otro eléctrico. Pero de cara a demostrar lo lejos  que puede llegar su tecnología, ha decidido impresionar a todos los visitantes del Salón del Automóvil de París con el concepto C-Métisse, un deportivo de cuatro plazas repleto de soluciones tecnológicas y que emplea la tecnología híbrida con una configuración original.


El motor diésel proporciona tracción a las ruedas delanteras mientras que dos motores eléctricos están directamente conectados a cada rueda trasera. De este modo Citroën expone cómo puede ser en el futuro un sistema híbrido con tracción total, que aprovechando el par constante que entregan los motores eléctricos hace innecesaria la presencia de un pesado y complejo sistema de trasmisión a las ruedas traseras. No es necesario el árbol de trasmisión, ni el diferencial, no tan siquiera el propio eje trasero. Un sistema electrónico se encarga de controlar la velocidad que debe imprimirse a cada rueda y así lograr un efecto similar al de un diferencial. Además, es capaz de actuar en combinación con el ESP, a fin de permitir correcciones de trayectoria aumentando la velocidad de una rueda del eje posterior independientemente.


El motor térmico es el V6 HDI con filtro de partículas, que con sus 208 caballos trasmitidos a las ruedas delanteras mediante una caja automática de seis relaciones se encarga de que las prestaciones sean muy satisfactorias, con una velocidad punta de 250 km/h y 6,2 segundos para cubrir el 0 a 100 km/h. Cada uno de los motores eléctricos del tres trasero desarrolla la considerable cifra de 400 Nm de par y una potencia de 15 kW, equivalentes a 20 cv. Efectivamente, el motor diésel es el que pone las prestaciones, pero no hay que olvidar que gracias a los dos motores eléctricos el C-Métisse es muy respetuoso con el medio ambiente… y con el bolsillo. En ciudad puede circular en modo ZEV (Zero Emisión Vehicle) durante aproximadamente tres kilómetros seguidos a una velocidad de 30 km/h. En estas circunstancias los motores eléctricos son los encargados de mover el coche, en absoluto silencio (cuidado de no atropellar a nadie, que no se oye llegar al coche) y cuando la carga de las baterías -situadas en posición  central en el piso del coche- se agota, entonces automáticamente entra en funcionamiento el motor diésel y en las fases de deceleración del coche se produce la recarga de las baterías.


En definitiva el consumo mixto es de 6,5 l/100km y tiene unas emisiones de CO2 de 174 g/km cifras interesantes para un coche de 1.400 kilos y unos 248 caballos de potencia máxima sumando los tres motores. A ello, además de los motores, a contribuido en menor medida pero de forma destacable la aerodinámica.


¡Impresionante!
La estampa del Citroën C-Métisse es muy atractiva. Las formas agresivas de sus paneles y la multitud de elementos cromados sobre el fondo rojo de su pintura sugieren tanto deportividad como cuidado por los detalles. Frontalmente las llamativas tomas de aire, los afilados faros verticales compuestos por leds y los dos galones del escudo de Citroën ensanchados, como las alas de un avión, resultan impactantes, y enlazan con los dos listones cromados del capó. Lateralmente con las puertas cerradas la estampa es de coupé, y si se abren resulta realmente espectacular, por su compleja cinemática. Las puertas delanteras son del tipo “alas de gaviota”, y las traseras rizan el rizo con un sistema helicoidal, como los muelles: hacen un giro sobre sí mismas y se levantan hacia atrás.


El interior en cuero blanco tiene todo tipo de sofisticados sistemas, como el volante con el centro fijo para alojar multitud de controles (algo que ya estrenó en gran serie el C4); botones de contacto y de arranque en una consola central situada en el techo, para dejar volar la imaginación e imaginarse a bordo de un caza; o un sistema de regulación de la posición de conducción en función de la situación óptima de los ojos del conductor, que elimina las regulaciones en longitud e inclinación del asiento (que tiene el reposacabezas colgado del techo) dejando únicamente una regulación en altura, pudiéndose encontrar la posición idónea actuando sobre el pedalier y el volante regulables. Los cuatro ocupantes gozan de un buen espacio interior, gracias a la generosa batalla de 3 metros justos, y en cuanto a comodidad también deben estar encantados gracias a la suspensión hidráulica regulable.


En definitiva, el Citroën C-Métisse nunca será tu coche, pero seguro que llama la atención lo suficiente como para que nos fijemos en las soluciones que Citroën quiere destacar en él, especialmente la propulsión híbrida y su sistema de tracción total. Esperemos que estéticamente también sirva de inspiración.

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