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Chevrolet Camaro Convertible

Chevrolet Camaro Convertible

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24 de mayo, 2007

Hasta la soleada California nos hemos ido para probar el Camaro descapotable, el coche con el que ya sueñan millones de americanos. Y a falta de más de dos años para verlo en las tiendas, nos sumamos a su club de fans.





Hasta la soleada California nos hemos ido para probar el Camaro descapotable, el coche con el que ya sueñan millones de americanos. Y a falta de más de dos años para verlo en las tiendas, nos sumamos a su club de fans.


ED Peper, director de Chevrolet, afirmaba tras la presentación del Camaro Convertible Concept en el último Salón de Detroit que «si su presencia no acelera el ritmo de nuestro corazón lo mejor sería acudir al cardiólogo, pues seguro que tenemos algún problema». Y es que los diseñadores de General Motors, el gigante al que pertenece esta marca americana, recibieron un encargo claro: crear un coche que provocara una respuesta emocional instantánea. El vicepresidente de GM, Ed Welburn, lo explicaba aún mejor: «un vehículo que todos querríamos tener en el garaje».

Para ello, se pensó en un modelo que sirviera de puente entre las formas contemporáneas –con influencias del mundo «tuning» y de los últimos deportivos de importación– y el estilo mítico de los primeros Camaro, ingrediente éste de vital importancia si consideramos que en las últimas tres décadas cientos de miles de propietarios han disfrutado de la conducción del Camaro, un coche nacido en 1969 como respuesta al lanzamiento del Ford Mustang, cuando la industria estadounidense trataba de motorizar a la generación de jóvenes y entusiastas conductores surgidos del «baby boom » americano. El Camaro era grande, asequible y poderoso, y disponía de una gama casi infinita de opciones, acabados y combinaciones de colores que enloquecían al público.

De hecho, a medida que aquella generación de clientes cumplía años y recurría, por necesidad, a vehículos de tipo familiar, los conductores más jóvenes encontraban una alternativa de compra estupenda en los Camaro de segunda mano, al tiempo que las siguientes generaciones del deportivo de Chevrolet seguían cosechando éxitos de ventas. Ésa es la herencia que trata de recoger la marca más popular de GM. Primero con el Camaro de carrocería coupé, cuyo «concept» fue mostrado en 2006 –estará a la venta a finales de 2008–, y después con el Camaro Convertible, desvelado hace cuatro meses en el Salón de Detroit y que se ofrecerá, ya como coche de serie, en la gama 2010, lo que permite hablar de finales de 2009 para su estreno. A 30 MESES VISTA Los dos años y medio que aún restan para su comercialización –para su llegada a España habrá que añadir unos meses más– otorgan un valor especial a nuestra primera toma de contacto con un coche llamado a convertirse en nueva leyenda del automovilismo.

De ahí que no dudásemos un segundo cuando la firma de Det r o i t nos ofreció la posibilidad de conducirlo en California, concretamente por las carreteras privadas que surcan el Rancho Tejón, una extensión de 109.000 hectáreas –equivalente a la mitad de la provincia de Vizcaya– donde se ruedan muchas producciones de Hollywood. Un territorio ideal para probar a placer un coche que, todo hay que decirlo, aún está por desarrollar. De hecho, la unidad empleada era el propio «concept», una pieza única que avanza de forma fiel cómo será el Camaro Convertible definitivo. Las enormes puertas permiten un cómodo acceso, pero no sólo a los butacones delanteros –sujetan bien, aunque el respaldo no alcanza suficiente verticalidad–, sino también a las dos plazas traseras, aptas para adultos.

Tras éstos, sendos reposacabezas, pero nada de arcos antivuelco que rompan la línea del coche, inspirada en la primera generación; al igual que el agresivo color naranja o las gruesas bandas negras que recorren capó y tapa del maletero. El largo frontal, otra de las señas de identidad de todo Camaro que se precie, esconde ahora la reputada mecánica LS2 de gasolina, un robusto V8 de seis litros de cilindrada que entrega 405 CV de potencia y genera un sonido grave y casi «amenazador». Su enorme par, de 55 mkg a 4.400 revoluciones por minuto, garantiza un empuje impetuoso, convirtiéndose en excitante la experiencia de hundir el pie derecho en el acelerador, pues en ese momento se mezclan el gran poder de aceleración con el ronco bramido percibido y el progresivo aumento de la fuerza del viento rozando nuestra cabeza. Porque si somos altos –más de 1,75 es suficiente– ya nos parecerá que rebasamos el marco cromado del parabrisas. Eso induce a pensar que la altura disponible con el techo colocado no será generosa, pero habrá que esperar, sencillamente… a que la capota haya sido desarrollada, aunque se sabe que será de lona y con accionamiento eléctrico.

UN CHASIS «EN PROYECTO»
También tendremos que esperar a que el Camaro Convertible esté definido en otros aspectos. Porque se anuncia suspensión independiente en ambos ejes y discos ventilados en las cuatro ruedas, pero ambos sistemas no han recibido aún la puesta a punto final. Como tampoco eran los definitivos los neumáticos montados por el «concept », unos desmesurados 275/30 R21 delante y 305/30 R22 que se estrecharán en el coche de calle. Un coche con el que ya soñamos; porque en el primer contacto ha habido flechazo. Ahora, a esperar.

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