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BMW X1

BMW X1

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08 de octubre, 2009

Queda por debajo del X3 y se ofrece con tracción trasera o total permanente. Entre sus grandes bazas figura el comportamiento, similar al de un Serie 1.

BMW opone a los Audi A4 Allroad, Saab 9-3X y Subaru Outback -pero también a los Ford Kuga, Hyundai iX35, Toyota Rav4 o Volkswagen Tiguan– un nuevo modelo de corte SUV o todocamino que, desde el punto de vista externo, se caracteriza por su escasa altura total: sólo 1,55 metros. Por ejemplo, un competidor directo como el Nissan Qashqai exhibe en esa cota 1,61 metros, y eso que es uno de los “bajitos” en el segmento.


Es decir, por dimensiones el X14,45 metros de longitud y 1,80 de anchura, además de 2,76 metros entre ejes- se intercala entre el X3 -12 cm más largo- y un familiar de la marca con tracción 4×4 al estilo del 320d xDrive Touring. De hecho, y diseño al margen, comparte con éste una dinámica muy similar, en la línea del aplomo y equilibrio que también caracteriza a los Serie 1 de la hélice. Y todo fruto de un elaborado tren de rodaje, con suspensiones independientes en los 2 ejes, que compensa con creces su relativo mayor centro de gravedad. Así, ni abordando rutas de montaña a ritmo fuerte balancea o se descompone, lo que en la práctica invita a un ritmo fuerte porque, además, la dirección es muy rápida y los frenos mordaces y resistentes. En esto un 10, como hemos podido comprobar.


Su aptitud offroad le permite encarar con cierta facilidad pistas empedradas, nevadas o embarradas. Pero ojo, pues con 201 mm libres bajo el coche y unos discretísimos ángulos de ataque, ventral y de salida no quiere oír hablar de trialeras o rutas escabrosas. Y es que sobre todo está orientado a uso en asfalto, con ese plus de agarre que otorga la tracción total de la marca xDrive, pero valorando que también se vende en versiones de tracción trasera 4×2 sDrive. En ningún caso los bajos están protegidos -más allá de un conjunto de cubiertas plásticas que los carenan para optimizar la aerodinámica-, no hay reductoras y, como mucho, las versiones xDrive -con reparto de par original del 40 y 60% entre los ejes anterior y posterior respectivamente, aunque puede llegar a ser del 100% en uno de ellos según necesidades puntuales- añade control de descensos.


Interiormente es una delicia, pues aunque no goza de la calidad de un Serie 7 sus ajustes y los materiales aplicados son de primera. Transmite una positiva sensación de robustez, hasta el punto de circular por carreteras muy bacheadas a buena velocidad y comprobar que no libera ni el más mínimo “grillito” o desajuste.


De paso, los asientos son muy buenos por dureza y sujeción, mientras que el puesto de conducción presenta la habitual ergonomía “made in BMW” y, en este caso, una buena dosis de funcionalidad al añadir diferentes huecos para depositar objetos cotidianos -en las puertas, por ejemplo, caben botellas de 1 litro-.


En contraste, las plazas traseras no son particularmente generosas, ni por espacio longitudinal -sobre todo si las butacas delanteras van retrasadas- ni por anchura -más de 2 ocupantes irán mal-. Pueden, eso sí, reclinar sus respaldos -partidos en secciones asimétricas- hasta 31º. El maletero, dotado de cintas elásticas para estibar la carga, es diáfano y aprovechable. Ofrece 420 litros o 490 si fijamos el respaldo trasero en su posición más vertical -incómoda para el pasaje-.


La gama mecánica contempla 3 opciones de gasóleo y una de gasolina. La última es el X1 xDrive28i, con motor atmosférico 3.0 de 6 cilindros en línea, cambio automático Steptronic de 6 relaciones, 258 CV, 310 Nm de par máximo y una velocidad punta de 205 km/h, además de un sprint de 0 a 100 km/h de 6,8 segundos9,4 litros a los 100 km de promedio y 219 gr/km-.


Sobre los diésel, parten de los X1 sDrive18d y X1 xDrive18d de 143 CV y 320 Nm200 km/h, 9,6 segundos hasta 100 km/h desde parado y sólo 5,2 litros de promedio, con emisiones de 136 gr/km-, ambos con cambio manual de 6 velocidades; siguen en los X1 sDrive20d y X1 xDrive20d de 177 CV y 350 Nm -con una velocidad máxima 5 km/h superior a los anteriores, 8,1 segundos en la medición de aceleración pura y 5,3 litros a los 100, además de 139 gr/km-, que puede ser automático Steptronic en el X1 xDrive20d; y culminan en el poderoso X1 xDrive23d, también de 4 cilindros, pero con doble turbocompresor escalonado -uno actúa de forma prioritaria a bajas vueltas, y otro más grande toma el protagonismo circulando a ritmo fuerte-. Libera 204 CV y 400 Nm, y consigue 205 km/h, un 0 a 100 km/h de 7,3 segundos, 6,3 litros a los 100 km y 167 gr/km. Sólo está disponible con el cambio automático y secuencial de seis marchas. Por cierto, unos y otros se benefician de distintos parámetros del programa EfficientDynamics para ahorrar combustible y mermar emisiones, programa que en versiones manuales contempla parada y arranque automáticos de motor Start&Stop.


Entre su interminable lista de elementos opcionales -de serie cuenta con climatizador doble, llantas de 17 pulgadas y cubiertas 225/50 en todas las versiones, audio-CD…- figuran algunos tan interesantes como el mecanismo Perfomance Control, que frena la rueda trasera interior en curvas para ayudar a dirigir la trayectoria marcada por la dirección; navegación con disco duro de 80 GB; faros bixenón direccionales; cámara de retrovisión… No puede llevar ni en opción airbag traseros laterales o de rodilla. Otro dato: 1 de cada 5 BMW vendidos pertenece a la famila X, con cerca de un millón de unidades comercializadas en todo el mundo a estas alturas.


Precios:
X1 sDrive18d: 29.700 euros.
X1 xDrive18d: 31.700 euros.
X1 sDrive20d: 32.700 euros.
X1 xDrive20d: 34.700 euros.
X1 xDrive20d Steptronic: 38.569 euros.
X1 xDrive23d: 38.000 euros.
X1 xDrive28i: 44.300 euros.

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