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Bentley Mulsanne

Bentley Mulsanne

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26 de noviembre, 2009

Es la nueva joya de la corona de una marca que no se prodiga en el lanzamiento de modelos. A falta de precio, sus números, como su aspecto, son de los que imponen.

Con casi 5,6 metros de longitud, el nuevo portaestandarte de la firma de Crew propiedad del grupo germano V.A.G. recoge el legado de la veterana oferta Arnage, y salta a la arena comercial a mediados de 2010, momento en el que se sumará a los deportivos Continental GTC en sus diversas variantes, a los Azure y Azure T y también a la berlina Continental Flying Spur, que quedará entonces por debajo del recién llegado por precio y porte.


Alternativa a los Rolls-Royce Ghost e incluso Phantom, pero también al Maybach 57, se basa en una nueva plataforma que integra suspensiones independientes en los 2 trenes de rodaje con flexibilidad variable mediante amortiguadores neumáticos. El sistema, que interviene sobre la dirección, permite escoger entre un progama Sport, otro denominado Confort, un tercero conocido como Bentley y una cuarta vía personalizada en la que el conductor determina sus propios ajustes y preferencias.


Dice la marca que la idea maestra de su diseño se basa en el modelo 8 Litre de 1930 -ver imágenes-, un coche por aquel entonces habitualmente usado como vehículo de negocios y representación por el fundador de la marca W.O. Bentley. Mide exactamente 5,57 metros de longitud por 1,92 de anchura y 1,52 de altura, con una batalla o distancia entre ejes considerable: 3,26 metros. Calza llantas de aleación de 20 pulgadas -de 21 con sobrecoste cruzadas con cubiertas 265/40- y neumáticos 265/45. Entre sus múltiples curiosidades figuran los pilotos traseros, elipses concéntricas para las diferentes funciones con una silueta oval que remite a la de los 2 escapes.

Los faros no son menos peculiares: un proyector de xenón central coronado por una placa con el nombre del coche rodeada de diodos luminosos. Junto a ellos, sendas ópticas circulares de menor diámetro para el alumbrado diurno. Además, el emblema sobre la parrilla frontal es opcional, mientras que los tiradores de las puertas, los umbrales al abrirlas y la citada parrilla están fabricados en acero inoxidable pulido.


Para contener en lo posible su de por sí elevado peso, la carrocería aplica aluminio en las aletas delanteras, mientras que el capó del maletero es de material compuesto. Bentley permite escoger la tonalidad entre un conjunto de 114 posibilidades. El acceso/arranque automáticos tipo keyless permite seleccionar y prefijar la emisora de radio con la que nos gusta sentarnos a los mandos, pero también la posición de los asientos, el volante, la altura de los cinturones de seguridad y el grado de apertura de las cortinillas que cubren las ventanillas traseras y la luneta posterior.


A lo exquisito del entorno interior, recubierto de piel de primera calidad -a escoger entre 24 tonos– y madera artesanalmente tratada, se suman sofisticaciones opcionales como un sistema de sonido firmado por Naim con 20 altavoces, específicamente desarrollado para este modelo. De serie, no obstante, cuenta con audio con Bluetooth, cargador de discos compactos, disco duro de 40 Gb y pantalla de visualización de 8 pulgadas.


Los asientos delanteros y traseros pueden incluir funciones como la ventilación, la calefacción y el masaje, mientras que los indicadores de la instrumentación están basados en los que lucían los Bentley genuinos.


No menos impactante es su motorización, un descomunal propulsor de inyección directa de gasolina biturbo, con 8 cilindros en V, cierre parcial de las válvulas de admisión -para ahorrar carburante cuando no se demanda toda la energía disponible- y 6.753 cc de capacidad. Rinde 513 CV de potencia y un par máximo tremendo: 1.020 Nm. El cambio, automático y secuencial mediante convertidor de par, suma 8 relaciones -es la misma transmisión ZF que monta el BMW 760i-, y dirige la fuerza motriz al eje posterior.

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