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Audi Cabrio 2.0 TDI DPF

Audi Cabrio 2.0 TDI DPF

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03 de octubre, 2007

Audi fue pionera en la introducción de motores diésel en sus cabrios hace ya una década, un camino que ha seguido todo fabricante que pretenda vender este tipo de carrocerías en el mercado europeo. El Audi Cabrio demuestra que la mecánica 2.0 TDI es perfectamente compatible con el encanto de conducir a techo descubierto.

El atractivo estético del Audi A4 Cabrio es indudable y ya desde antes de abrir la puerta la percepción no llama a engaño: estamos ante un descapotable elegante y cómodo. Su capota de lona añade una nota clásica y bajo ella cuenta con un interior cómodo. Cuando el tiempo acompaña nada mejor que accionar el botón situado en la consola central y disfrutar del coche al aire libre, gozando en cualquier caso de la calidad de funcionamiento del Audi A4 y en el caso de esta versión diésel de la economía de su motor TDI de 140 caballos, una ventaja importante para decidirse por este tipo de coche como vehículo de uso diario.

  • Comportamiento



  • Prestaciones



  • Interior y maletero



Comportamiento

El comportamiento es similar al de la berlina A4. Los amortiguadores buscan ofrecer suavidad pese a lo cual no se aprecia una falta de sujección destacable. La suavidad de la dirección, el agradable accionamiento de la palanca de cambios y la rigidez del bastidor permiten una agilidad correcta y buen comportamiento en cualquier caso. No se aprecian temblores de la carrocería ni siquiera en carreteras bacheadas, tampoco en este tipo de vías las suspensiones machacarán a los pasajeros, al tiempo que la calidad de guiado y precisión de dirección permiten circular con seguridad. Incluso apretando el ritmo como mucho conseguiremos hacerle deslizar del tren delantero, aunque inmediatamente entrará en funcionamiento el control de estabilidad.

En vías rápidas la estabilidad es absoluta y al mismo tiempo no se muestra falto de agilidad. Las suspensiones son suaves pero cuentan con la firmeza suficiente para evitar movimientos de la carrocería en curvas y baches.

prestaciones

El funcionamiento mecánico resulta agradable y la buena insonorización del A4 deja muy atenuado el claqueteo habitual del motor 2.0 TDI. La proverbial parquedad de consumos de los motores diésel del grupo Volkswagen-Audi se mantiene intacta, con una media durante la prueba de 7 litros en recorrido variado (consumo medio homologado: 6,4 l/100km).


En definitiva, el motor -dotado de filtro de partículas (DPF)– combina perfectamente con el resto de componentes que permiten ofrecer un cóctel muy refrescante. Pero… ¿no le quitarías el logotipo 2.0 TDI que luce en el maletero? Pues podrías hacerlo perfectamente, porque como ya hemos comentado el sonido mecánico que se percibe desde el exterior es realmente bajo y no te va a delatar salvo en caso de silencio absoluto alrededor. Por otro lado la conducción no tiene nada que envidiar en cuanto a suavidad respecto a un coche de gasolina y sin embargo el gasto de combustible es enormemente favorable a nuestro protagonista. Las prestaciones que permiten sus 140 caballos son más que correctas para la orientación de un Cabrio como este, al menos para quienes pretendan hacer un uso habitual sin buscar aceleraciones de carreras ni velocidades por encima de la lógica teniendo en cuenta el concepto ante el cual nos encontramos. En cualquier caso para quienes desean prestaciones más elevadas están disponibles otros dos motores TDI, el 2.7 de seis cilindros en V y 180 caballos con Tiptronic, a cambio de 6.000 euros más que la versión manual de 140 caballos; y el 3.0 TDI V6 de 233 cv, disponible con cambio manual o automático desde casi 8.000 euros más.


Este motor está disponible con el cambio de marchas manual de seis velocidades equipado por nuestro protagonista o con una moderna caja automática Tiptronic de siete velocidades, una excelente opción por lo que aporta en suavidad y su reconocida rapidez de respuesta. Además si nos fijamos en las cifras de consumos oficiales sólo gasta una décima más de gasóleo cada 100 kilómetros.

Interior y maletero

El diseño interior del Audi Cabrio combina una distribución derivada del A4 pero con ciertas diferencias en el remate de algunos elementos del salpicadero como los aireadores, que en vez de rectangulares son redondos. Por lo demás poco cambia frente a la berlina. Otro detalle atractivo es el marco del parabrisas acabado en acero pulido, de magnífico aspecto. Todo es comodidad, tanto por unos asientos que sujetan perfectamente el cuerpo al tiempo que aguantan durante muchos kilómetros sin motivar la más mínima fatiga como por el suave manejo de todos los mandos, especialmente el cambio de marchas, cuya palanca parece fluir sola cuando hay que cambiar de relación.


Por habitabilidad, como buen cabrio derivado de una berlina media ofrece dos plazas traseras perfectamente válidas en las que acomodar pasajeros de cualquier talla sin inconvenientes. Sólo si se alcanza el metro ochenta de estatura y se circula con la capota puesta es conveniente acomodarse en el asiento delantero para no dar con la cabeza en la lona, porque este cabrio es “clásico”, tiene lona y no techo metálico, lo que por un lado añade un componente de elegancia (especialmente en esta unidad de color blanco, con un contraste realmente atractivo) pero por otro penaliza su practicidad, pues siempre se corre el riesgo de que un gracioso rasgue el caro tejido. Teniendo en cuenta que la lona se guarda en el maletero la capacidad del portaequipajes depende notablemente de que llevemos la capota puesta o recogida. Si está puesta la capacidad será de 315 litros, unos 150 litros menos de los que cubica el maletero de una berlina A4, mientras que si la capota está recogida tendremos que conformarnos con 246. En ambos casos no disponemos de la capacidad de una berlina, pero el tamaño “full size” permite transportar un par de maletas grandes y si vamos descapotados hay espacio para el equipaje para un fin de semana de dos pasajeros.


En cuanto al aislamiento, cumple perfectamente por acústica en marcha -en parado sin embargo los ruidos exteriores penetran con facilidad- y por lo que vimos durante la prueba parece que soporta bien la humedad en días lluviosos. Su accionamiento es completamente eléctrico y basta con pulsar un botón para descubrir el cielo o guarecerse de él en un tiempo inferior a los 20 segundos. A cielo descubierto se puede circular perfectamente a cualquier ritmo en las plazas delanteras sin que el viento resulte molesto, incluso a las velocidades máximas permitidas en autopista. Otra cosa es llevar pasajeros detrás por encima de 100 km/h, pues sentirán el viento algo molesto.

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