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Audi A5 Sportback 2.0 TFSI quattro S tronic

Audi A5 Sportback 2.0 TFSI quattro S tronic

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11 de noviembre, 2009

Rezuma glamour coupé y aúna un atractivo sentido práctico. El A5 Sportback es un producto bien pensado, caro y sediento a ritmo fuerte con motor 2.0 TFSI, pero al que cuesta "sacar punta".

Con el A5 Sporback, la firma de los aros ha entrado por la puerta grande en la novedosa parcela de berlinas coupé estrenada por el Mercedes-Benz CLS, un segmento exclusivo pero de abierta vocación práctica, en el que en distinto grado ya militan los Aston Martin Rapide, BMW Serie 5 Gran Turismo, Maserati Quattroporte, Porsche Panamera e incluso Volkswagen Passat CC.


Nuestro protagonista, desarrollado sobre la plataforma de la berlina A4 -con 2.810 mm, su batalla es casi la misma, mientras que la del A5 coupé se acorta a 2.751 mm-, luce una esbelta silueta –Cx de 0,29-, además de 4 puertas carentes de marco y un amplio y apaisado portón que da paso a un maletero de lo más aprovechable.

Interior

El A5 Sportback, que pronto añadirá nuevas versiones, mide 4.711 mm de longitud por 1.854 de anchura. De momento sólo está homologado para 4 ocupantes, si bien a medio plazo habrá opción a una configuración de 5. Aunque las butacas delanteras viajen moderadamente retrasadas, detrás hay buena cota longitudinal, de modo que un conductor de 1,85 metros puede llevar tras de sí un ocupante de esa talla sin estrecheces, ni siquiera de altura.


El acceso a ese espacio es razonable, pero no hay que perder de vista que la altura del coche es reducida -1.391 mm-, de modo que mejor estar alerta para no darse en la cabeza al entrar o salir. El puesto de conducción, simétrico al de otros muchos Audi tipo A4A6, A6 Allroad, Q7 o A8, luce orden y ergonomía, con todo en su sitio y un ajuste y una calidad percibida impecables. Sólo la visibilidad hacia detrás es justa, fruto de los anchos montantes traseros y de lo apaisado del portón, por cierto, sin limpialuneta. Aparatoso de mover, da paso a un maletero básico de 480 litros, suficientes para el equipaje de todo el pasaje. Además, el respaldo trasero se abate en secciones, de modo que podemos contar con 980 litros para, llegado, el caso, introducir y llevar con facilidad bicicletas, rifles de caza, cañas de pesca, bolsas de golf…


Por último, el equipamiento, justo para un coche que en el caso que nos ocupa no se apea de 45.270 euros. Y es que los faros de xenón plus suponen 1.280 euros -y otros 430 si los queremos adaptativos-, la llave de acceso/arranque inteligente 750, la cámara de retrovisión 1.500 euros, el navegador un mínimo de 2.125, la alarma 550 euros… Por descontado, los airbag laterales traseros, los asistentes de cambio de carril y aviso de obstáculos en el ángulo muerto, el control de velocidad activo ACC, el diferencial trasero deportivo -ayuda a cerrar la trayectoria en conducción rápida-, las llantas de 18 pulgadas -e incluso de 20, pues de serie las calza de 17-, el sensor de parking trasero y hasta el Hold-Assist -60 euros- son opcionales.

Comportamiento y Prestaciones

Nuestro A5 Sportback contaba con el fabuloso 2.0 TFSI de gasolina, un 4 cilindros multiválvulas con inyección directa y turbo que rinde 211 CV y 350 Nm de par máximo -fijo de 1.500 a 4.200 rpm-, capaz de lanzar sus 1.690 kg a un máximo de 241 km/h, progresando desde parado y hasta 100 km/h en 6,6 segundos. Es decir, aún sin la suavidad de un V6 es rápido y sobre todo elástico, gana velocidad con alegría, recupera con energía para adelantar… y gasta si le exigimos, porque de los 7,4 litros que anuncia de promedio –172 gr/km– es habitual moverse entre 9 y 10, e irse por encima de 15 cuando vamos «alegres». Es más, en atascos pesados es fácil ver más de 20 litros en el ordenador de a bordo…


Como únicas alternativas, Audi lo combina con el cambio de marchas automático/secuencial S tronic de 7 marchas, una maravilla por rapidez y suavidad que además luce desarrollos cortos -séptima de 47,6 km/h-, aunque olvida en la lista de opcionales las levas de volante -imperdonable-; y la tracción total quattro mediante dispositivo Haldex, un plus de agarre sobre superficies irregulares o poco adherentes que no le viene nada mal dada la fuerza mecánica disponible.


Precisamente una de sus virtudes es la facilidad con la que se lleva -apenas consiente movimientos parásitos con cambios de apoyo instantáneos-, incluso rápido, corrigiendo errores de bulto, frenando con potencia y resistencia, y obedeciendo las indicaciones de la dirección al mínimo toque. De maneras idénticas a las del A5 Coupé -que no del A5 Cabrio-, puede ganar eficacia si lo pedimos con la opción Damper Control -1.345 euros- de suspensión variable, que a su vez obliga a adquirir Audi Drive Select -430 euros-, aunque también volverse seco y rebotón «abusando» de llantas extremas y suspensiones de calibración deportiva, todo ello disponible en su infinita carta de extras.

Destacable

– Carrocería exclusiva, pero práctica.
– Calidad de construcción.
– Eficacia dinámica. Motor y cambio.

Mejorable

– Lagunas de equipamiento.
– Consumo muy sensible.
– Precio elevado.

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