BMW se anticipa al futuro y desarrolla el programa Efficient Dynamics

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Autor: Autocasión
11 de abril, 2007
BMW potencia su programa Efficient Dynamics y trata de encontrar fórmulas para aprovechar al máximo la energía, reducir consumo y mejorar las prestaciones
BMW potencia su programa Efficient Dynamics y trata de encontrar fórmulas para aprovechar al máximo la energía, reducir consumo y mejorar las prestaciones
Sabedor del impacto de las emisiones en el planeta, BMW se anticipa al futuro y desarrolla el programa Efficient Dynamics en busca de soluciones para aprovechar al máximo la energía, mejorar las prestaciones, reducir consumos y disminuir contaminación. Ambiciosos objetivos, cumplidos en una nueva generación de motores de cuatro cilindros orgullosa del sofisticado sistema de inyección directa High Precision Inyection en gasolina y del doble turbo en diésel. Inmejorables estandartes de unas tan avanzadas como ya preparadas para su aplicación en serie.
Alemania vive estos meses envuelta en un polémico debate sobre las crecientes emisiones contaminantes. El impacto generado en el planeta resulta cada vez más evidente y los gigantes teutones de la industria del automóvil tratan de buscar soluciones a corto plazo. Con ese espíritu, BMW potencia su programa Efficient Dynamics y trata de encontrar fórmulas para aprovechar al máximo la energía, reducir consumo y, sobre todo, mejorar las prestaciones. BMW tiene muy claro que su público coloca el rendimiento como prioridad absoluta al pedir uno de sus modelos y por eso renuncia a fórmulas híbridas o eléctricas. Mantiene su apuesta por los motores convencionales, con el complicado reto de aunar fuerza y bajo consumo.
Y lo consigue gracias a motorizaciones tan revolucionarias y avanzadas como su nueva familia de motores cuatro cilindros. Cuatro nuevas posibilidades que entran estos días en la cadena de montaje para animar a las series 1 y 3. Un gasolina y tres diésel. Explicaremos su funcionamiento al detalle, sin olvidar un completo paquete de medidas complementarias que permiten, por ejemplo, que el nuevo 118i reduzca el consumo un 19 por ciento y aumente la potencia hasta 143 CV, es decir, un 17 por ciento. HPI. High Precision Inyection. Es la clave, la gran innovación técnica del último motor gasolina cuatro cilindros creado por BMW.
Supone la segunda generación de un sistema que BMW desarrolló pero nunca utilizó en primera generación –lo monta PSA en los motores 1.6 de 150 y 175 CV– y cumple todos los parámetros obligados al conducir un BMW: respuesta inmediata, con carácter y deportividad. El secreto de la evolución HPI reside en su capacidad para funcionar con mezcla pobre durante un amplio número de revoluciones. Los técnicos alemanes han logrado montar inyectores piezoeléctricos entre las válvulas y junto a las bujías, pese al poco espacio disponible en la culata, capaces de resistir las altas temperaturas y presiones se esa zona. La bomba de alta presión se alimenta desde la bomba eléctrica, activada según al demanda de gasolina y genera para los cuatro inyectores una presión de 200 bares en el conducto común. Los inyectores suministran el combustible en las cámaras de combustión y son capaces de ejecutar hasta seis inyecciones por ciclo, capital diferencia a su favor frente a las electroválvulas convencionales.
Además, disponen de unas toberas que se abren de forma cónica y reparten la mezcla de forma homogénea en la cámara, hasta crear las condiciones óptimas de dosificación. Frente al primer sistema HPI, este de segunda generación sí cumple los exigentes requisitos de BMW gracias a esos inyectores piezoeléctricos, que permiten la dosificación exacta de combustible en un margen muy amplio de carga y revoluciones. Traducido: implica mayores ventajas de consumo y prestaciones al ser utilizado en casi todo el régimen de uso, no sólo de forma parcial. En concreto, las mejoras del nuevo 118i rozan el 20 por ciento. Rendirá 143 CV frente a los 129 CV y tendrá un hermano mayor 120i con corazón 2.0 y 170 CV.
TAMBIÉN EN DIÉSEL
Cifras rebasadas por la opción más poderosa del nuevo motor diésel, que eroga la friolera de 204 CV. Pero no adelantemos el lujoso final, pues la familia tiene otros dos hermanos, con 143 CV y 177 CV. Hablamos de un notable aumento de potencia, rematado con un descenso del 17 por ciento del consumo gracias al empleo de nuevas tecnologías. Por ejemplo, un proceso de combustión más eficiente –con válvulas más grandes y mayor calidad de mezcla. Por ejemplo, una presión de inyección superior, que alcanzan los 2.000 bares frente a los 1.600 anteriores.
O por ejemplo, el empleo de materiales más ligeros, como el aluminio. Medidas avanzadas y prácticas sólo eclipsadas por la verdadera estrella técnica de la nueva familia diésel de cuatro cilindros: el doble turbo variable. Una tecnología reservada hasta ahora para los bloques de seis cilindros y que se «democratiza» para el gran pueblo. No en vano, uno de los objetivos del programa Efficient Dynamics es hacer llegar los avances al mayor número de clientes. Otro, el bajo consumo. Y otro, la mejora de prestaciones. Y los tres se logran a través de un sistema de sobrealimentación turbo de dos fases, que permite una respuesta más contundente y progresiva, con una entrega inmediata de la potencia y un sustancial crecimiento de los valores de par motor.
Compuesto por un turbocompresor de gases de escape pequeño y otro de mayor tamaño, el primero entra en acción a revoluciones muy bajas, apenas superiores al ralentí. Al subir la carga se activa el turbo de mayor tamaño y la combinación de ambos consigue que el efecto turbo se produzca sin retardo alguno. Además, una válvula reguladora de la turbina distribuye el flujo de gases entre ambos turbos, en una operación controlada por la unidad electrónica de control de motor más sofisticada creada por la marca bávara para un motor cuatro cilindros.
De momento, la marca anticipa tres potencias para un motor de 1.995 cc: 143 CV, 177 CV y 204 CV. Esta última versión será la auténtica joya de la corana y se estrenará en el inminente Serie 1 3p. Todo un «caramelo» de altas prestaciones para su estreno. Tan odiosas como siempre, las comparaciones demuestran el avance de este cuatro cilindros diésel. El nuevo 118d –ya en la fábrica– rinde un 17 por ciento más de potencia y gasta un 16 por ciento menos. De hecho, sus valores de potencia y par igualan las cifras que rendía… ¡¡¡un BMW 525 TD de 1997!!!
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