Biografía de Michael Schumacher

Autor: Autocasión
07 de septiembre, 2006
Desde que se pusiera por primera vez al volante en un kart a pedales hasta convertirse en el piloto de Fórmula 1 más carismático y premiado, la vida de Michael Schumacher es la historia de un joven ambicioso con pasión por la victoria.
Desde que se pusiera por primera vez al volante en un kart a pedales hasta convertirse en el piloto de Fórmula 1 más carismático y premiado, la vida de Michael Schumacher es la historia de un joven ambicioso con pasión por la victoria.
Michael Schumacher nació el 3 de enero de 1969 en Hürth-Hermühlheim (Alemania), pero pasó su infancia en la localidad de Kerpen. Su padre era un apasionado del automóvil, como suele ser habitual en la biografía de un piloto, pero a diferencia de otros rivales de los circuitos no disponía de una abultada cuenta corriente para sufragar de forma generosa la vocación de sus hijos. El primer «fórmula» del pequeño Michael fue un kart a pedales, al que su padre añadió el propulsor de un ciclomotor al poco tiempo. El invento acabó estrellado contra una farola, y por motivos obvios decidieron que para que Michael siguiera creciendo como piloto era imprescindible llevarle a un circuito de verdad. La localidad de Kerpen tenía una pequeña pista de karts de la que al cabo de algún tiempo se hizo cargo la familia Schumacher al completo: el padre era el gerente del negocio, la madre regentaba el kiosco de golosinas y tanto Michael como su hermano Ralf no salían de la pista.
LAS PRIMERAS COMPETICIONES
A los 12 años Michael compitió oficialmente en karting por primera vez, batiéndose con otros jóvenes pilotos llegados de toda Alemania. En 1985, Michael disputó en el circuito francés de Le Mans el campeonato junior de karting. El futuro campeón logró un excelente segundo puesto, y en 1987 se adjudicó el campeonato alemán senior. En 1988 participa en la Fórmula Koening, ejerciendo un dominio aplastante. El mismo año también toma parte en en la Fórmula Ford, venciendo el campeonato nacional alemán de la especialidad y quedando segundo en el europeo por detrás de otro futuro piloto F1, Mika Salo.
También en 1988 entra en escena el que más adelante sería su manager inseparable hasta la actualidad, Willi Webber, que por entonces dirigía un equipo en la Fórmula 3. El talento del joven “Schummi” no pasó inadvertido a los ojos del hábil Webber, que puso en sus manos un monoplaza con el que logró a la primera unos tiempos extraordinarios. En la temporada 89 disputa el campeonato alemán de F-3, en el que logra el tercer puesto final empatado con Heinz-Harald Frentzen, novio por entonces de la futura mujer de Michael, Corina. La relación entre ambos comenzó poco después de que ella rompiera con
Frentzen, en 1991, y tras cuatro años de noviazgo contrajeron matrimonio. Actualmente tienen dos hijos.
Si en 1989 demostró que podía aspirar a todo en la F-3, en 1990 el campeonato llevó su nombre tras ganar cinco carreras del alemán y, además, las pruebas internacionales de Macao y Fuji. En 1991 cambió de tercio por completo y fichó por el equipo Mercedes de Sport Prototipos, pero también tuvo la oportunidad de pilotar un F-3000 en el circuito japonés de Sugo, realizando una carrera espectacular que no ganó sencillamente porque se salió de la pista en la primera vuelta y tuvo que remontar desde los últimos puestos.
LLEGÓ A LA F-1 «DE REBOTE»
Su llegada a la F-1 se produjo de forma accidental. Eddie Jordan acababa de crear su propio equipo de Fórmula 1 pero su piloto Bertrand Gachot estaba encarcelado tras una pelea con un taxista en Londres. Ante la necesidad de encontrar un piloto que se subiera de inmediato a su flamante monoplaza pensó en ese joven alemán que destacaba en categorías inferiores.
Michael sólo tuvo tiempo de rodar unas vueltas con el recién nacido Jordan en Silverstone antes de plantarse en Spa, dispuesto a tomar parte en el Gran Premio de Bélgica. En los entrenamientos llegó a rodar más rápido que Boutsen, Berger o Piquet, clasificando finalmente séptimo para la parrilla del domingo. En carrera las cosas no fueron tan bien y se retiró en la primera vuelta tras quemar el embrague. Aunque Jordan quería «atar» a Schummacher, Tom Walkinshaw, por entonces directivo de Benetton F-1, cerró un acuerdo con Billy Webber por el que pasaba a ser piloto de la escudería en detrimento de Roberto Moreno, que fue despedido ese mismo día. Debutó con la nueva escudería en el Gran Premio de Italia y consiguió el quinto puesto, logrando a continuación sendos sextos en Portugal y España.
En 1992 llegaron sus primeros éxitos importantes en la categoría reina del automovilismo. En México subió por primera vez al podio y en Bélgica llegó la primera victoria, en una carrera marcada por lluvia, un año después de que debutara en la F-1 en el mismo circuito de Spa. Terminó tercero el Mundial, y en 1993 continuó con Benetton y Briatore. Aunque realizó excelentes actuaciones, la verdad es que todos esperaban más tras las carreras como debutante de la temporada anterior. Prost, Senna y Hill quedarn por delante de él en el Campeonato y Michael aprovechó el final de la temporada para operarse las rodillas, que le habían producido fuertes dolores en algunas carreras.
En 1994 la FIA incluyó una reforma del reglamento que prohibía cualquier ayuda electrónica a la conducción, y ya desde los primeros entrenamientos de la pretemporada se comprobó que el más beneficiado por el cambio iba a ser Schumacher, que marcaba constantemente mejores tiempos que el hasta entonces intocable rey de las «poles», Ayrton Senna. Precisamente ese año encontró la muerte el piloto brasileño, en el Gran Premio de San Marino. Tras la conmoción por tan terrible pérdida y la del piloto austriaco Roland Ratzenberger, fallecido en la misma carrera, Damon Hill y Michael Schumacher protagonizaron un intenso duelo durante toda la temporada. Terminó con polémica, cuando «Schummi» y Hill colisionaron en el último gran premio en Australia, lo que al dejar a ambos fuera de carrera suponía la proclamación de Schumacher como campeón por primera vez y por un exiguo punto de ventaja sobre el piloto inglés.
1995 fue de nuevo un año de peleas entre Damon y Michael, entre Williams-Renault y Benetton-Ford. A pesar de que Hill plantó cara con bravura durante todo el año, las nueve victorias de Schumacher refrendaron inapelablemente su superioridad y el segundo mundial consecutivo del alemán.
FERRARI-SCHUMACHER
En 1996 Schumacher fichó por Ferrari. escudería donde todavía permanece. Luca di Montezemolo, «capo» de la marca italiana, le ofreció el volante tras la exhibición que protagonizó en el Gran Premio de Alemania de 1995. Una oferta de 28 millones de euros facilitó el sí de Michael. El primer año en la «Scuderia» fue para olvidar por las continuas averías del Ferrari y su falta de competitividad general. No obstante Schumacher logró tres victorias a base de coraje y empeño. Estaba claro que era preciso darle la vuelta por completo al equipo rojo, y en 1997 Ferrari contrató a Ross Brawn como técnico y a Eddie Irvine como segundo piloto.
La competitividad de los Ferrari comenzó a crecer desde entonces y Schumacher ganó en Mónaco, Francia, Canadá, Bélgica y Japón. En la última carrera en Jerez sólo un punto de ventaja le separaba de Jacques Villeneuve (Williams). Schumacher se puso primero en la arrancada pero no logró despegar al canadiense. Villeneuve lanzó su ataque al final de la carrera y, cuando estaba adelantando a Schumacher, el alemán intentó golpearle para repetir la jugada que tres años antes le había dado tan buen resultado frente a Damon Hill… esta vez, el sucio truco no le sirvió para ganar, pues el de Williams salvaba la embestida mientras el Ferrari se salía de pista. Schumacher perdió el mundial en aquel lance y además se ganó definitivamente una fama de piloto sucio que ya no le abandonaría nunca.
1998 fue el año de McLaren y Hakkinen, binomio que se mostró intratable desde el primer momento. Michael sufrió todo el año con un coche que no se adaptaba a su pilotaje, pero batallador como siempre, logró vencer en seis grandes premios. La última cita de la temporada se disputó en Japón y de nuevo tenía opciones de conseguir el título. Schumacher estaba protagonizando una carrera magistral, dominando desde el principio y sacando todo el talento que lleva dentro, pero un pinchazo frustró de repente todas sus esperanzas de lograr el título.
En 1999 las fuerzas estaban muy igualadas entre Ferrari y McLaren. Schumacher estaba en un momento de forma excepcional y los «tifossi» estaban hambrientos de victoria. Hakkinen y McLaren, por su parte, seguían formando un binomio muy sólido. Michael ganó en San Marino y Mónaco, y Mika lo hizo en Brasil, España y Montreal, pero en el Gran Premio de Gran Bretaña Schumacher se salió recto a 300 km/h impactando brutalmente contra una barrera de neumáticos. Se fracturó la tibia y el peroné y estuvo varios meses de baja, que frustraron las posibilidades de hacerse con el título.
En 2000 la escudería sufrió profundos cambios espoleada por las malas experiencias de años anteriores. Jean Todt se encargó de la dirección y Rory Byrne diseño el Ferrari F1-2000. Para hacer las veces de fiel escudero se fichó al brasileño Rubens Barrichello. Todo funcionó perfectamente y Schumacher conquistó su tercer campeonato, el primero de pilotos para Ferrari en 21 años, tras sumar nueve victorias. Comenzaba la «era Ferrari-Schumacher», un período durante el cual el dominio de los coches de Maranello resultó absoluto y Michael Schumacher logró imponerse con total autoridad.
En 2001 el campeonato se decidió en Hungaroring, a falta de cuatro pruebas para el final, en la que supuso la victoria número 51 para Schumacher que le igualaba con Alain Prost como «record man». En 2002 logró igualar el registro de cinco títulos mundiales logrado por Fangio. Michael Schumacher logró 11 victorias y se proclamó campeón a falta de seis pruebas. 2003 no iba a ser diferente. Los Ferrari estaban por encima del resto de monoplazas en todos los aspectos y el binomio Schumacher-Barrichello se paseaba de principio a fin por los circuitos -generalmente por este orden- proclamando su poderío y celebrando que Michael Schumacher había batido las marcas más importantes de la historia de la Fórmula 1. Finalmente 2004 supuso el último año del esplendor rojo. Los Ferrari ganaron casi todo y a los bólidos italianos sólo se les escapó la victoria en dos grandes premios .
¿EL FIN DE UNA ERA?
Pero las cosas estaban a punto de cambiar. En 2005 entrarían en vigor nuevas normas que limitaban el número de neumáticos y motores para frenar los disparados costes de la F1. Además, esto supuso que los equipos punteros que no lograban estar al nivel de Ferrari lograron alcanzar la competitividad de la marca italiana y no sólo eso, pues los neumáticos Bridgestone de los bólidos rojos demostraron en algunas carreras falta de competitividad frente a Michelin, si bien es cierto que en otras fueron superiores. Precisamente en la carrera más surrealista que se recuerda, con todos los coches que calzaban los neumáticos franceses en los boxes por un problema en las gomas que según las advertencias de Michelin podía acabar en tragedia, Michael Schumacher logró la única victoria del año en el circuito de Indianápolis (EE.UU.), sin oposición, con los mejores coches y pilotos viendo la carrera desde el muro. 2005 fue el año de Fernando Alonso, y Schumacher sólo pudo terminar tercero, por detrás del campeón asturiano (Renault) y de Kimmi Raikkonen (McLaren-Mercedes).
En 2006 las cosas fueron mejor para «Schummi», pero tras un Mundial de infarto, terminó detrás del bicampeón español y no logró poner el broche de oro a una carrera irrepetible, antes de retirarse de la competición. Aún así, el alemán en su trayectoria como piloto lo ha ganado todo y ha dejado muy alto el listón para los que, en el futuro, empezando por Fernando Alonso, aspiran a superar las marcas del mejor piloto de la historia, si nos ceñimos a los inapelables números. De todas formas, y tras unos meses retirado de los circuitos, Michael Schumacher no ha podido desvincularse de su pasión, la Fórmula 1, ni de Ferrari, acudió a la llamada de Jean Todt y desde hace unos meses, podemos verle de nuevo trabajando mano a mano con la escudería italiana.
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